sábado, 31 de octubre de 2015

Entrevista a un zombi, selecionado en el Festival de Cine de Cartagena


Nos han seleccionado en el Festival de Cine de Cartagena!!!!!!!!!!  Entrevista a un zombi, basado en un relato de Lydia González.
https://www.youtube.com/watch?v=10gMEauBazE
PROYECCIÓN CORTOS: 4 de diciembre en el Aduitorio El Batel

domingo, 20 de septiembre de 2015

Diario de Río: Memoria


Llegué el 9 de julio de 2015 y terminé el 15 de agosto. Un total de cinco semanas en el Centro Social Vicenta María de las Religiosas de María Inmaculada en Niterói, ciudad frente a Río de Janeiro. Era periodo de vacaciones de invierno con lo cual el proyecto se tenía que adaptar al horario de los participantes. Éstos eran niños y adolescentes desde ocho o nueve años hasta dieciséis o diecisiete. En principio, el proyecto se hace los fines de semana, el sábado con los menores y el domingo con los mayores. Se les recibe con un desayuno a las diez de la mañana y después de asistir a un aula de valores, artesanado (trabajos manuales) e informática, se les da de comer  a las doce y media y se prosigue con deportes. A las tres de la tarde termina el programa.

Como he dicho, cuando yo llegué era julio y los estudiantes tenían vacaciones, había que modificar las actividades y hacer algo diferente. La hermana Socorro, superiora y la que ideó el proyecto hacía nueve años, había decidido impartir el curso de ESPERE (Escuela de Perdón y Reconciliación con uno mismo y con el mundo) entre semana, martes, miércoles y jueves, por la mañana en el centro social y por la tarde visitaríamos la favela llamada Zulú donde vivían niños y adolescentes en alto riesgo de exclusión social, pues estaban lejos y sus condiciones eran más delicadas que los habitantes de otras comunidades como Alarico o Fonseca. En definitiva, los niños de Zulú no venían al centro social y por eso Socorro decidió que iríamos a visitarlos.

Eso fue la mejor parte de mi experiencia.

ESPERE (Escuela de Perdón y Reconciliación con uno mismo y con el mundo)
Este curso ya se había hecho un par de años antes con buen resultado. Los contenidos son muy difíciles de captar para un niño o adolescente porque son reflexiones que nos llegamos a hacer algunos adultos a lo largo de la vida y debido a alguna experiencia fuerte, es complicado que uno de nuestros participantes absorbiera el sentido de la ESPERE pero lo importante era plantar la semilla en ellos y desear que germinara. No es nada fácil que estos niños presten atención, algunos no saben leer siendo adolescentes; la violencia y agresividad que les rodean son muy intensas y esa ansiedad la llevan consigo. Trabajar con un grupo de niños así puede ser muy complicado.


Aun así seguimos el índice y ayudadas por juegos, dinámicas, dibujos, música y vídeos, conseguimos su atención. Creo que de algo sirvió todo lo que les dijimos, quizá más que el contenido de la ESPERE lo que más ayudó a los participantes fue el rato agradable en nuestra compañía, tanto en las visitas a Zulú como en el centro social.


ESPERE está dividido en una parte que hace hincapié sobre el perdón como liberación del pasado más triste y la reconciliación como forma de volver a convivir de la mejor manera posible rodeados de gente que nos ha hecho mal y hemos perdonado.
Las historias de los niños y adolescentes eran muchas y muy duras. Su situación familiar es difícil, su situación económica es difícil y sus perspectivas se veían afectadas por todo esto. Con la ESPERE se le trataba de dar una herramienta para poder liberarse de las malas experiencias y poder crecer más o menos en paz con uno mismo y con su entorno. Conseguir lo que acabo de decir era muy difícil pero no por eso lo dimos por perdido en ningún momento.

Mi trabajo en este curso era preparar material de apoyo para la hermana Socorro, explicarles algunos puntos y preparar los juegos con los que empezábamos. Yo trataba de fomentar el espíritu de equipo, romper el hielo y sobre todo reírnos. Son jóvenes muy ágiles y les gustan los juegos físicos, en los que hay que correr o ser muy rápido en actuar. Empezar así fue una de las cosas que más valoraron en la encuesta de opinión que hicimos al final.
Excursiones
Durante el periodo vacacional, los fines de semana llevamos a los niños y adolescentes de excursión. Fuimos al jardín botánico de Río de Janeiro, a la playa de Maricá y al Teatro Municipal de Niterói.

Tenía todo el tiempo ocupado, siempre había cosas que preparar, como juegos, carteles a todo color, cuentos, cualquier cosa que nos ayudara a captar la atención de los niños y adolescentes. Mi día libre era el viernes pero creo que a lo largo de las cinco semanas solo tuve uno o dos, y la verdad que me pareció bien, había mucho que hacer y yo me sentía absolutamente parte del proyecto y de todo lo que allí pasaba.





Las visitas al jardín botánico de Río de Janeiro fueron horas rodeados de naturaleza y calma que los niños y adolescentes disfrutaron. En las comunidades no hay paz, hay una sensación de peligro constante, bien porque de pronto se oye una pistola disparando, bien porque los narcos dominan el lugar, bien porque sube la policía y mata a unos cuantos. Por eso, las salidas de sus favelas, estar con las hermanas en el centro social o ir a excursiones era una inmejorable manera de desconectarlos de su realidad y ellos lo agradecían mucho.

El día que los llevamos a la playa de Maricá también lo pasamos genial. Hacía viento y llovía finamente pero eso no fue obstáculo para bañarse en la piscina ni jugar con las olas en la playa. Ese fue un gran día, todos lo pasamos muy bien.

El día del teatro municipal teníamos cuarenta entradas para ver una obra infantil. A ellos les gustó mucho, para la mayoría fue la primera vez que iba al teatro. Unas semanas después volvimos a ser invitados.


Los autobuses y las entradas al jardín botánico y al teatro fueron gratuitas. La sociedad brasileña ponía de su parte para que estos niños y adolescentes tuviesen experiencias enriquecedoras igual que cualquier otro.

Las tardes en Zulú

Zulú era la comunidad a la que se llegaba después de subir a lo alto de la comunidad de Alarico y bajando por una escalera estrecha y muy empinada. Allí abajo, en medio de la vegetación estaban las casas de los niños y adolescentes, por cierto, con una vista sobre Río de Janeiro impresionante y sobrecogedora. El contraste de la belleza y al sufrimiento es algo que te sobrepasa, a veces me costaba respirar ver una cosa y otra, sentir una cosa y otra, y todo a la vez. Aquí no podemos ni imaginar esa intensidad, aquí todo es suave, descafeinado.

En el patio de una de esas casas era la cita. Venían entre ocho y diez participantes, el número era muy variable, a veces solo cinco, de diferentes edades. Los pequeños solo quería jugar, con lo que llevábamos rompecabezas, globos y caramelos para que estuviesen entretenidos mientras hacíamos la ESPERE con las adolescentes. Algunas eran tímidas, otras querían impresionar con su cara de dureza, pero en el fondo, les alegraba que alguien fuese hasta allí, a cuarenta y cinco minutos del centro social, solo por verlas, charlar con ellas y enseñarles algo útil para la vida. Los fines de semana eran las excursiones, con lo cual, nos veíamos bastante y tomé confianza con ellas y también con los pequeños.

El camino hasta llegar a Zulú pasaba por otra comunidad llamada Alarico. Cruzando sus calles, venían niños y jóvenes a saludarnos con besos y abrazos, la hermana Socorro es una institución allí, lleva nueve años haciendo este proyecto y la quieren y respetan mucho; como yo era parte de su equipo, yo también era aceptada, querida y respetada, por eso no pasé miedo en las comunidades, y cuanto más iba, más me gustaba ir; pero en realidad las comunidades son lugares muy peligrosos a los que nadie sube sin la aprobación del jefe narco del lugar. Nunca vi a los servicios sociales por allí ni tampoco a la iglesia evangélica. Solo nosotras estábamos en las favelas sin ser de las favelas.

Participé en todos los juegos y debates porque hablar español no era problema, las adolescentes y los niños me hablaban en portugués y nos entendíamos con poner algo de nuestra parte. Para una española es una buena idea ir a Brasil de voluntaria, no tendrá mucho problema con la lengua.

Subíamos al morro a las dos y media de la tarde y bajábamos justo al anochecer, sobre las cinco y media. Fue muy bueno ir porque las adolescentes hablaron de sus problemas y preocupaciones con nosotras y también había momentos para bromas y risas, se puede decir que con la excusa de la ESPERE, nos reuníamos y pasábamos el rato juntas dejando de lado los dramas.

Conforme avanzó el curso, hicimos parejas con las jóvenes de Zulú para hablar personalmente y conocer de cerca su situación particular, facilitar que hablaran y descargaran sus problemas en una adulta. Esa tarde fue uno de los mejores momentos de mi voluntariado porque yo ya me sentía parte de todo, parte de Zulú, parte de las adolescentes y tenía el sentimiento de estar donde debía estar.

El mes de agosto

En el mes de agosto habían terminado las vacaciones de invierno. Los fines de semana los niños y adolescentes venían al centro social y entre semana mi trabajo como voluntaria fue acompañar a la asistente social que trabajaba con las hermanas.

Tuve la oportunidad de conocer el funcionamiento de los servicios sociales brasileños y los centros educativos. Visitar un colegio próximo a una favela impresiona mucho, un adulto puede tener miedo de recorrer ese camino y sin embargo los niños lo tienen que hacer cada día. Me pareció un lugar en el que se mantiene a los estudiantes recogidos pero no de la manera que se puede hacer aquí. No se asemejaba una clase con una profesora enseñando sino más bien un lugar donde se hacen actividades para que los niños no estén en la calle. Todos los niños tienen que ir al colegio y solo de esa manera sus madres reciben algún dinero del gobierno como ayuda social, a veces puede ser el equivalente a treinta o cuarenta euros al mes. Los precios de Río de Janeiro son parecidos a los de España, con lo cual, se puede deducir que con esas ayudas tan escasas las familias no solucionan sus problemas. Algunos trabajadores sociales me dijeron que el gobierno los quería mantener vivos pero pobres. Realmente yo siempre tuve la impresión de que Brasil no tenía un problema tan grave de pobreza como de violencia.

En una de las visitas a las oficinas de servicios sociales vi un poster con las caras de niños desaparecidos. En España suele verse un poster así en las oficinas de la policía pero con pocas caras, sin embargo aquel cartel contenía setenta caras de niños y niñas; lo sé porque conté las caras, eran catorce por cinco, me dijo la asistente social que habrían ido a parar al tráfico de personas, obligados a prostituirse.

Una vida plena sin dinero

En el centro social yo tenía mi habitación con baño, comida, lavadora y un seguro médico incluido, todo a cambio de mi trabajo como voluntaria. Experimentar una vida plena sin transacción económica fue algo liberador. Nunca pensaba en mis problemas de España, parecían insignificantes. Tenía todo lo que necesitaba además de un trabajo con alto reconocimiento social, mucho cariño y respeto, intensa emoción y todas las horas del día ocupadas. Me sentía totalmente volcada en mi trabajo y en paz y nada tenía que ver con el dinero. La vida de voluntaria es una vida radicalmente diferente a todo lo que nos enseñan.

El equipo de la hermana Socorro

Ella, Socorro, mexicana de Jalisco, a la cabeza del grupo que trabajaba en el proyecto, Magna, una voluntaria brasileña, Cecilia, una novicia brasileña también y yo, española. Las cuatro morros arriba, morros abajo, y más de una vez rodeadas de circunstancias poco recomendables pero muy decididas a estar ahí y hacer nuestro trabajo con los niños y adolescentes. La unión con las personas con las que se comparte una experiencia así es para siempre. Nadie mejor que alguna de ellas me puede entender, por eso tampoco he querido hablar mucho de mi voluntariado aquí, simplemente porque no me van a entender y tampoco me hace falta. Te sientes aparte cuando retornas a tu país pero también reconfortada, es una mezcla rara; te sientes diferente pero te da igual porque el voluntariado internacional te ha mostrado secretos y claves de la vida y sabes que tienes sólidos recursos para seguir adelante. El miedo ha desaparecido o se ha hecho muy pequeño.

Gracias a la hermana Socorro y a su equipo yo podía descargar toda la emoción que absorbía con lo que estaba viviendo. Una vez a la semana, más o menos, tenía una explosión emocional fuerte que necesitaba canalizar hablando con el equipo. Me entendían, eran brasileñas y vivían lo mismo que yo, sin esa ayuda psicológica, creo que me hubiese ahogado en emociones.

Conclusión

Por mucho que escribiera, no podría transmitir lo que allí he vivido, igual que no podía imaginar lo que me esperaba hasta que no llegué a Río de Janeiro. En conclusión, puedo decir que la postal de Brasil no es real. El turista no sabe lo que se pierde. Solo se hace fotos con el Corcovado y toma el sol en Ipanema. Lo mejor que tiene Brasil es su gente y eso es algo que el turista no llega a conocer.

Tengo 35 años y fui a Río de voluntaria porque tenía la sensación de haber estado haciendo toda mi vida exactamente lo mismo.

Buscaba la experiencia de mi vida y la encontré :-)

lunes, 10 de agosto de 2015

Diario de Río: Un sábado en Río



Cruzar en barco la bahía de Guanabara desde Niterói a Río de Janeiro al atardecer es una de las cosas más bonitas que hay en el mundo, pero incluso puede ser mejor un sábado por la noche en la ciudad carioca.
 
La vida en las calles, las reuniones de capoeira acompañadas de su música en cualquier pasadizo, el color de sus cantos, el ritmo de sus tambores, las sonrisas de los que luchan vestidos de blanco, las palmas de los que los miran, todo hace que la noche de Río sea sensacional y única. Poco más allá, un grupo de diez músicos toca samba tradicional, y la gente alrededor pide cerveza y baila felizmente.
 
En este ambiente festivo y despreocupado, aparece una niña vendiendo adornos para el cabello y yo sentada en una mesa esperando que trajeran la cena. Se te corta el apetito cuando ves a una niña pedir limosna, vagabundeando de noche, plenamente expuesta a todo peligro y proposición. Su mirada me recordó a una de las mías; le di un billete y me dio a elegir un adorno de su bolsa. Se me cortaron las ganas de cenar, de beber y la alegría de la samba resonó de pronto muy lejana, irreal.
 
Cinco minutos después vino el plato fuerte para mí, y no me refiero a la cena. Otra niña, quizá un poco mayor, puede que 14 años, es difícil decirlo y acertar. Su cuerpo castigado, su piel sucia, sus piernas y brazos escuálidos, su voz, esa voz de quien le da al crack desde hace tiempo y sobre todo su cara de muerte, no la puedo comparar con otra cosa.

Apareció como una aparición al final de la calle, se hizo notar, bailó samba de aquella manera, se metió entre las pequeñas mesas; se me acercó,  pidió dinero para lo que ya sabemos, le di monedas en vez de billete, se quejó y siguió su ruta con la mano llena de recaudación tan flaca como ella.
 
Ambas marcaron mi retina para siempre.
 
Para completar el día, en el post La vida continua hablaba de una redada en uno de los cerros de Niterói, el jefe narco del lugar recibió balazos de la policía y herido quedó. Ayer sábado supimos que alguien lo buscó en el hospital y acabó con él. Puede que el bando contrario para asegurarse de que no salía vivo de allí, puede que su propio bando para evitar que hablara de más. Las tiendas y comercios fueron obligados a cerrar por los narcos en honor al jefe muerto. La vida se paralizó.

Leímos en el periódico que un hombre había sido asesinado de un tiro en la cabeza en una céntrica plaza, los pistoleros se dieron a la fuga. El diario además hablaba de una persecución policial a un par de jóvenes en moto con tiroteo incluido, todo en Niterói.
 
Pero la gran noticia del día era que la policía había matado al mayor traficante de Río.
 
Y todo esto en un solo sábado. Un sábado en Río.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Diario de Río: Mantenerlos vivos pero pobres


Entrando a una oficina de servicios sociales el cartel del Gobierno lo dice bien claro: Brasil, país rico y sin pobreza. Sobra señalar la ironía de los cachondos de los políticos. La misma oficina de servicios sociales transmite el interés del sistema por salvar a sus pobres, ninguno, y lo concienciados que están al elegir un eslogan que clama que Brasil es un país sin pobreza.
 
Por supuesto, abordo el tema con la asistente social. Me pregunta si en España pasa igual, mi conclusión es una, en España tenemos los mismos problemas, aunque aquí el paro es del 5%.
 
Nosotros también tenemos un problema de droga, no en vano, gran parte de la cocaína y del hachís entra por España, y son nuestros jóvenes los que las catan a tempranas edades.
 
Tenemos un problema de tráfico de personas. Seguro que recuerda haber visto en la carretera a mujeres haciendo de putas y no ha caído en pensar que la mayoría están ahí bajo amenazas de muerte de las mafias que las trajeron. Son miles en nuestro país.
 
También tenemos en España un problema con el sistema educativo, siempre en las peores posiciones de Europa. El tener una cantera de jóvenes incultos, desanimados e ignorantes, anticipa con claridad el futuro de nuestro querido país. No hay que ser muy listo para darse cuenta. No quieren un pueblo despierto, lo prefieren adormilado, bajo el pie. Bien dócil y despojado de ilusiones.
 
En España también tenemos un problema de pobreza, no tan grave como en Brasil, pero no vayamos de ricos cuando la gente vive de la pensión del abuelo y tiene un trabajo precario y esclavizante, ese tipo de trabajo que acaba con los sueños.
 
En España también tenemos un grave problema de corrupción política, los que ponemos en el poder miran para su enriquecimiento y el de los suyos. Están demasiado ocupados con escaparse de la Justicia (también afectada por la enfermedad) para ocuparse de nada más. 
 
En Brasil tienen los mismos problemas. Drogas, pobreza, corrupción, prostitución, sistema educativo de baja calidad, en fin, el sino de la gran mayoría de los pueblos del mundo, pero aquí la diferencia es que Brasil es un país muy rico y sus problemas son grandes y  evidentes. No se puede volver la cara a otro lado y dejar de mirar las comunidades que rodean la ciudad simplemente porque al mirar a otro lado también hay una comunidad enfrente, y así en todas partes.
 
Dice la asistenta social que el Gobierno ha implementado algunas políticas raquíticas para mejorar la vida de los pobres; vamos, que han hecho lo justo para mantenerlos vivos pero pobres porque es necesario que sigan consumiendo lo mínimo para mantener el mercado.
 
Cruel sistema y no solo en Brasil.
 

martes, 28 de julio de 2015

Diario de Río: Hace tres semanas



Hace tres semanas, antes de venir a Río, necesité hablar con Suzete, la que organiza el voluntariado desde Madrid. Yo estaba muy nerviosa, vivía una cuenta atrás llena de altibajos, en ningún momento quise echar marcha atrás pero sí sentía miedo e incertidumbre. Los días anteriores a coger el vuelo fueron para recordar. Tan pronto lloraba de emoción y alegría como me ponía con los nervios de punta. Sabía que algo grande iba a pasar y por eso estaba tan sacudida, ese calor de 45ºC no ayudaba en absoluto.

Llevo más de dos semanas en Río, y parece que llevara mucho más. La intensidad de la vida aquí... es algo inexplicable.

Hace solo tres semanas yo necesité hablar con Suzete en pleno momentazo de estrés, felicidad, miedo, ilusión, todo a la vez aunque parezca incongruente. Ella me dijo "Dios está contigo y sabe que vas a ayudar a los suyos: los pequeños, los más vulnerables... tienes su protección".

Hoy esos pequeños y vulnerables tienen cara, ojos, boca, sonrisa, un abrazo, un beso, nombre, historia, días conmigo, conversaciones conmigo, juegos conmigo.

Hoy me queda un mes para irme, al ver la fecha se me ha partido el corazón. 

Un blog no puede reflejar mucho más que un texto.

viernes, 24 de julio de 2015

Diario de Río: La vida continua



Brasil tiene muchísimas cosas buenas, para mí, la primera, su gente y en especial sus niños y adolescentes. Para conocerlos es por lo que vine y hasta hoy me parece una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

El curso con los niños y adolescentes de hoy se ha visto interrumpido, el mensaje de que la policía ha subido a su comunidad ha corrido por los móviles como una mecha. El ánimo se ha truncado de inmediato, lo siguiente era la hora de la comida. Yo nunca había comido con la sombra de un tiroteo entre policías y narcos. No puedo describir la atmósfera en el comedor.

Los menores entienden la ruindad del mundo del tráfico pero no deja de ser la policía pegando tiros en sus calles, donde están sus padres y amigos, donde una bala perdida puede acabar con ellos. En muchos casos, esos narcos son familia y conocidos de los niños. ¿Quién habrá muerto hoy?

Algunos atrevidos  padres han bajado del cerro donde está la comunidad a recoger a sus hijos; algunos adolescentes se han subido solos diciendo que tienen que volver a sus casas, cruzar esas calles, ver con lo que se encuentran.

El nuevo sargento de policía está entrando en varias comunidades y acabando con algunos representantes de los narcos. Tras diez minutos de tiroteo, el resultado de hoy es cuatro muertos y dos heridos y los niños víctimas absolutas de toda la situación.

jueves, 16 de julio de 2015

Diario de Río: Corazón con corazón



Que este viaje marcaba un antes y un después en mi vida, yo ya lo sabía. Hoy he tenido plato fuerte después del desayuno y después de la comida también. Las conversaciones con la hermana Socorro preparando lo que vamos a hacer con los niños y adolescentes de las comunidades al día siguiente, son la guinda al acabar la jornada.
Esta mañana hemos hablado de la rabia con los adolescentes. No puedo transmitir con palabras las emociones. Llegado mi turno, he decidido hablar y les he abierto mi corazón porque para eso he venido y superado muchos miedos, después ellos han abierto los suyos. Nunca olvidaré lo que ha pasado. Hemos acabado la clase con abrazos. Nunca había abrazado así, nunca había sentido eso;  nunca he abrazado a nadie de esa forma; podríamos habernos quedado así durante horas, corazón con corazón. Quizá sea lo más humano que he hecho en mi vida.
Esta tarde hemos subido a las comunidades. Con el calor del invierno tropical llegamos a nuestro destino sudadas y sedientas. La visión es impactante; la basura, las aguas fecales, los animales sucios, un entorno totalmente insalubre, penoso. 
Seis u ocho niños y adolescentes reunidos hablando de nuevo de la rabia, qué nos hace sentir, cómo la encauzamos. Hemos dibujado una representación de este sentimiento. Cuando ha llegado mi turno, he explicado la mía, al terminar un silencio y una de las adolescentes ha dicho "forte".
De pronto un niño se ha tirado al suelo y se ha cubierto la cabeza, los demás han hecho algo parecido, yo he preguntado si es que había alguna fiesta, me han dicho que no, "son tiros".
Hasta que no hemos vuelto a la residencia no he dejado de sentir miedo.
Como siempre, las bellísimas montañas de Río de Janeiro en el horizonte; los hijos de Brasil sufriendo tanto; la vida continua. 

domingo, 12 de julio de 2015

Diario de Río: La cara en el espejo

Subíamos las cuestas a las tres de la tarde. La hermana Socorro, una monja mexicana, y yo, sudábamos el solano brasileño con los ojos puestos en el cerro donde se asienta la favela. Yo no tenía claro adónde íbamos, sabía que a una comunidad pero no podía imaginar lo que allí había. Sin darme cuenta, de pronto estaba en la entrada misma.  

Hay un clima de violencia que flota en el ambiente, las caras, las miradas que nos siguen, el coche rojo del traficante pasando cerca nuestro. La hermana Socorro tocó la primera puerta, íbamos a invitar a los niños a una excursión al jardín botánico de Río de Janeiro, seguramente un espectáculo de la naturaleza por todo lo alto. 


Al entrar en esa casa, cayéndose a trozos, con muebles viejos y rotos, olores extraños, suciedad ordenada, saludé tal y como la hermana Socorro lo hacía, a todos di un abrazo prolongado. Me sentí como en una película sobre las comunidades brasileñas, ahí estaba yo, en pleno film. 

Tenía tal impresión que noté mi cara de extrañeza combinada con una sonrisa que intenta aparentar tranquilidad. Busqué mi cara en un espejo, nunca me la había visto así, los ojos como platos, la boca sonriente. Algo teatral. La visión de todo me dejaba sin palabras y mi propia cara devuelta por el espejo tenía igual efecto en mí.

Mi cara, sus sonrisas y el implacable valor de la hermana Socorro. Aquí nada te deja indiferente.

Diario de Río: Un arma, una mujer y dinero en mano




Ayer aterricé en Río de Janeiro. Por fin, mi sueño del voluntariado se hacía realidad. Hoy he visitado las favelas por primera vez. Gracias a que iba con la hermana Socorro porque en mi vida se me hubiese ocurrido poner un pie allí si no hubiese sido con ella. La pobreza, la apariencia de todo, me han impactado sobremanera. 

No esperaba verme como en una película. Las casas hechas con ladrillos por ellos mismos, el agua estancada, los perros flacos y llenos de pulgas, las tiendas con frutas, los jóvenes dando vueltas en motos. La naturaleza exuberante, esos cerros cubiertos de verde, árboles y plantas, plataneras, mangas, lo que sea pero frutal, la naturaleza es muy generosa aquí. 

Las caras de la gente y sus muchos hijos, todos más o menos vestidos. En todas las casas hay tele, todo el rato encendida, también se arreglan las uñas esas muchachas sin perspectivas. Son cariñosos y a la hermana Socorro la respetan mucho, por eso yo me sentía segura.

Un niño vive con sus hermanos y madre en una pequeña habitación. A la madre le cortaron un pie por una enfermedad, no puede trabajar, el padre no se sabe qué hace. No tienen ayuda ninguna, ¿adónde podrían llegar estos niños? El único remanso de paz es estar con las religiosas los fines de semana.

Otro de 15 años ya sirve al tráfico. Hemos visitado la casa de su abuela, ella lo echó ayer porque él la amenazó con una pistola que le han dado los traficantes. Viven en una casa muy pobre, pero tienen tele, móviles, etc. No es tanto el problema de la pobreza como la violencia que se respira en el ambiente. A los niños los traficantes les dan un arma, una mujer y dinero en mano. Es muy fácil caer.

De camino a casa, ya de noche por esa comunidad, por esas callejuelas por donde no se mete la policía, hemos encontrado a al niño que ya sirve al tráfico, y le decía la hermana Socorro que tiene que pedir perdón a su abuela. Yo he observado que un chico bien vestido se ha parado a observar la conversación, también un coche rojo con la música puesta daba vueltas lentamente cerca nuestro. La hermana Socorro me ha dicho que eran los traficantes controlando lo que decíamos al niño, le he preguntado si estábamos en peligro, ella ha dicho que como mucho podrían habernos apuntado con un arma pero no disparado. Me he quedado sin palabras.


Descendíamos el camino con la vista de Río de Janeiro al fondo y un atardecer rojizo precioso, tan intenso como la vida en la comunidad.


viernes, 20 de marzo de 2015

Gran Bio libera a los vecinos de Mercadota


Desde hace tiempo que los vecinos del centro de Murcia comentan entre ellos la necesidad de un nuevo supermercado que les permita ingerir y saborear algo diferente al archiconocido Hacendado, buque insignia de Mercadota.

Hartos de paladear siempre los mismos yogures, pues las demás marcas fueron fagocitadas por la blanca de la casa, los mismos quesos, los mismos embutidos, las mismas conservas y las mismas pizzas, en la calle principal de la capital murciana, la Gran Vía, no  hay paz en las bocas ni en los estómagos.

La gota que colma el vaso es la venta de limones argentinos cuando Murcia es la tierra del limón. Y no solo eso, sino de aquellas frutas y verduras insípidas que Mercadota vende con todo su morro al público. La mitad de lo que se llevan a casa los vecinos a cambio de una buena cantidad de euros, acaba en la basura porque si bien tienen la forma y el color, el sabor y el perfume han sido eliminados en alguna fase de la producción en serie de tomates, melones y demás frutas y verduras.

Y llega Gran Bio anunciando su próxima apertura y para mayor frescura pared con pared con Mercadota.

Gran Bio, el supermercado de cosas ecológicas; los vecinos de la Gran Vía no lo pueden creer. ¡Por fin una alternativa a comer cartón con forma de pera! ¡Es increíble, Dios los ha escuchado!

Vuelven las carnes, las frutas, las conservas y las verduras, y muchas cosas más a tener sabor. Y no solo eso, sino también los geles de ducha, las cremas y toda la cosmética se vuelve más saludable y está al alcance de la mano de los vecinos.

Venga Gran Bio, que ya estás tardando.


lunes, 9 de marzo de 2015

Basura para todos: Tratado de Libre Comercio entre la UE y EEUU

EU-US trade agreement and its impact on environment : eu flag and US flag


El tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Europa está revestido de polémica, como era de esperar. Menos mal, porque empezábamos a aburrirnos.

En Europa, más conservadora en lo que a alimentación y produtos químicos se refiere, se teme por la inclusión de miles de productos que normalmente no se admitirían a la venta, al menos no tan fácilmente.

En cuanto a alimentación, la sombra de Mosanto planea sobre el Tratado. Mosanto, para quiénes no lo sepan, es la empresa estadounidense propietaria de la mayoría de semillas del mundo. Y no solo eso, sino que las modifica genéticamente. Es decir, todos comemos transgénicos. Nos guste o no.

¿Cómo puede ser que alguien se haya hecho dueño de la comida del mundo? Porque convenía que así fuera. Mosanto, la compañía reina de los alimentos modificados genéticamente, esos que no inspiran ninguna confianza a los consumidores en Europa, sale ganando con este Tratado pues sus transgénicos ¡serán para todos, sin límites!

¿Y qué hay de los pesticidas y otros prodcutos químicos altamente nocivos que en el pasado no encontraron la aprobación europea para comercializarse? Pues que pronto sabremos y saborearemos muchos más de ellos.

Libre comercio, sí, pero de productos humanamente amigables.  :-)


lunes, 2 de marzo de 2015

Cae el Comercio Justo y crece el injusto




Plantación de cacao Comercio Justo

Es la primera vez desde que se creó el sello Comercio Justo (Fairtrade) hace veinte años que sus ventas caen un 4% en Reino Unido en favor de los productos baratos (e injustos) ofrecidos por las grandes cadenas de supermercados Aldi o Lidl.

La crisis sigue golpeando a la gente de a pie, aquella que busca descuentos, aprovecha ofertas y necesita ahorrarse unos euros en la compra diaria. La consecuencia inmediata es que el agricultor, el granjero y las comunidades de mujeres que ganan su independencia en los países en vías de desarrollo gracias a un precio mínimo garantizado se vuelven a ver empobrecidos y pierden la esperanza que albergaban.

Solo en Reino Unido este 4% representa unos 2.000 M€.

Aldi y Lidl crecen mucho más que el resto de cadenas de supermercados pues su oferta de productos y su marketing apuntan a una cesta de la compra más barata que las demás. Sí, pero ¿a costa de quién?

El algodón, el te, el azúcar y el cacao son productos que se han visto muy afectados por la bajada de precios y la búsqueda desesperada del consumidor por ahorrarse unos euros. Esas bajadas injustas de los bienes hacen que los productos Fairtrade parezcan caros, cuando en realidad, son simplemente justos.

Si tenemos en cuenta que estos bienes son producidos en países en vías de desarrollo, donde los índices de analfabetización son alarmantes, podemos concluir, que una de las pocas salidas para esas familias es el sello Comercio Justo. En el caso del algodón, el sello Fairtrade se hace todavía más necesario puesto que es sabido que en Uzbekistán lo cultivan niños esclavo.

También es muy importante señalar que el cacao en Centro América en muchas ocasiones lo cultivan y venden comunidades de mujeres que intentan escapar de una vida de violencia por el simple hecho de serlo.

Queremos un mundo de comercio justo.