lunes, 5 de enero de 2009

Primer blog


Desde ahora puedo decir que soy bloggera ( o como quiera que se escriba). Me gusta mucho escribir y aunque no sé si alguien me leerá, me siento desahogada con solo hacerlo. Publicar en internet es muy fácil. A mí me ha llevado cinco minutos subirme a carro de Google. Pues gracias, Google, por ofrecerme la posibilidad de publicar lo que pienso o hago.

Desde que vine a vivir a Amsterdam, he soñado cada noche con el Mediterráneo. Anoche, sin ir más lejos, soñé que íbamos en barco, un barco gigante, y que nos rodeaba un azul precioso, el azul del mar Mediterráneo (pero mejorado). Estábamos en Torrevieja, que aunque está destrozada, conserva el petrificante color azul de nuestro mar. Al menos a mí, me deja sin palabras.
Estaba semi sumida en una meditación express, buscando un nombre chulo para mi blog. Pues toma. He elegido el que refleja mi persona más fielmente. Una mediterránea lejos de su mar. Siendo el Mediterráneo aquello que conozco, que me da seguridad, que me da paz, a la vez que el mar en sí.

Desde que llegué a Holanda, he ido descubriendo que puedo soportar más frío del que pensé. Cuando hicieron -6ºC, me dije a mí misma "este es mi máximo, seguro que es el día más frío del año". Y una mierda. Para esta noche esperamos -10ºC. Suerte que un amigo me ha dado un radiador de 2000 watios que sobraba en su oficina. Nunca cocinaré lo bastante bien como para agradecérselo.

La anterior inquilina, nos intentó vender su calefacción a gas. Una chimenea muy mona, pero a mí me emparanoiaba el hecho de que si hubiese un escape de monoxido de carbono, nos quedaríamos durmiendo sin más, y viajaríamos al Más Allá sin haber hecho tantas cosas como queremos, siendo demasiado jóvenes.

Aquí me acuerdo mucho del par de consejos que me dio la madre de mi amigo Antonio antes de volverme en Navidad. Yo no se los pedí, pero, con la gente mayor, pasa que o dicen locuras o de repente aciertan totalmente en cuanto a lo que te conviene recordar.

Uno: Cuando vienen las cosas malas, no hay que ponerse de mal humor, porque tendrás lo malo que te esté pasando, más un humor de perros. Lo cual, es absurdo perseguir.
Dos: No dejes pasar los años pensando que el año que viene harás esto o lo otro, porque de pronto te verás como yo. Sentada en una silla de ruedas, dependiendo para todo de los demás.

Ambos consejos, sumamente útiles, flotan en mi mente a diario. Cuando busco trabajo en Holanda, para una española que habla inglés y francés, y nada recibo de respuesta, me pongo de muy mal humor, un poco triste, un poco desilusionada, y de mal humor (repito). Entonces, para remediarlo, la voz de la anciana madre de mi amigo, me recuerda que cabrearse cuando las cosas están mal, sólo sirve para poner las cosas peor. Esto es útil, bastante. Es muy duro estar lejos de todo lo que solía ser mi vida, pero como me aburría, la dejé, y caminé hacia el amor, en Holanda.

El segundo consejo, también me es útil a diario. Tanto me gusta escribir, y tantas veces he pensado en abrir un blog, escribir una novelita, que ahora me he decidido a hacerlo. La novelita va más avanzada que el blog, pero eso es fácil, porque el blog tiene 15 minutos de vida.

Ánimo, persigue tus sueños (pero trabaja para conseguirlos)

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