sábado, 2 de abril de 2011

La sociedad en el metro de Barcelona

Tomo el metro a las ocho y media de la mañana del domingo para ir a trabajar y veo las consecuencias de la noche anterior, pues la velada del sábado también estaba en el metro. Esa la noche más esperada de la semana. Para algunos por la diversión permitida, para otros por el descanso dominical. Los jóvenes con los que comparto vagón se inclinan por la primera razón. Pandillas de adolescentes, o no tanto, esperan al convoy cargados con bolsas de botellas de whisky barato y cocacola de marca. Hay muchachas menores vistiendo faldas tan largas como su cinturón, montadas en desafiantes tacones, maquilladas como los que viven de hacer la calle. Los hombres pasan por su lado y las miran con lascivia, entonces la muchacha parece ofenderse. Le preguntaría: ¿entonces por qué vistes así?


La mañana del domingo el metro transporta diferentes cadáveres, recostados en los asientos o colgados a una barra, no levantan la vista del suelo o te observan como a un bicho raro, me preguntarían: ¿qué es lo que llevas en la mano? Les respondería: un libro.


Están muertos pero aún no lo saben. Se lían un cigarro o un porro y empiezan a fumar delante de los morros de sus mayores sentados enfrente. Diríanles: Me paso tus normas por el forro. Esto es lo que más me gusta hacer.


Salgo del metro con el pensamiento de que dentro de muchos años, se estudiará esta época de nuestra historia como una etapa oscura, esperpéntica, llena de errores, en la que al ladrón,al vicioso y al vago, se les valora y respeta más que al honrado trabajador. ¡Espero que la estudiemos! Al menos significaría que las cosas habrían cambiado.


Se acercan las elecciones. ¿Alguno de nuestros políticos está proponiendo erradicar la droga, salvar a la juventud española? No.


España es el ejemplo perfecto del "pan y circo" romano. Drogas, corrupción y embrutecimiento a través de la televisión. Eso es lo que nos están dando los políticos y, los españoles, a tragar con la boca abierta y sin protestar.


¡Ah! pero los peores ladrones, viciosos y vagos, no van en metro.



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